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miércoles, 1 de mayo de 2013

EN VEZ DE PICO Y PLACA…CONTROL A LAS ESCUELAS DE CONDUCCION


Por: Mauricio Flórez
Derecho UdeA
mauriciocorreo@yahoo.es

En un artículo anterior escribí sobre la inconveniencia del pico y placa para motos de todos los cilindrajes pues esto incentivaría la compra de más motocicletas con el fin de evitar la norma. No quiero caer en el pecado de ser de los que critican pero no proponen. Así que, como medida alternativa al pico y placa, propongo un control más exhaustivo de las escuelas de conducción  pues son estas las que, en último término tienen la potestad de decidir, bajo ciertos criterios, quienes son aptos física y mentalmente para conducir una motocicleta por la vía pública.

Ahora entremos a analizar en profundidad las implicaciones de la anterior propuesta y su justificación tanto lógica como práctica.
Puedo inferir que la propuesta del Concejal Jesús Aníbal Echeverry de imponer pico y placa para todos los tipos de motocicletas tenía el fin de, aunque no lo hizo manifiesto el día del debate el 26 de abril de 2013 en el recinto del concejo, reducir el número de motocicletas circulando en las calles de Medellín y de esta manera disminuir la accidentalidad, la percepción de congestión y la guerra por el espacio entre motos y carros.
Ahora bien, si la intención o la meta es reducir el número de motocicletas circulando ¿qué importa el medio que se utilice siempre y cuando se logre dicho propósito? El medio menos idóneo para el fin propuesto es el pico y placa. En cambio, el más apto, es la vigilancia estricta de las escuelas de conducción para que se adecuen a la regulación vigente en cuanto a la expedición de licencia.
En el gremio motociclista se ha creído erróneamente que falta una legislación más fuerte que regule a las escuelas de conducción. Tal vez eso era cierto hace unos 4 o 5 años pero, a partir de la ley 1397 de 2010, se establecieron unos requisitos estrictos tanto para el funcionamiento de dichos centro de enseñanza automovilística como para la adquisición de una licencia. Según esta ley, para poder adquirir una licencia de conducción es necesario:
1. Saber leer y escribir.
2, Tener dieciséis (16) años cumplidos.
3. Presentar un certificado de aptitud en conducción otorgado por un Centro de Enseñanza Automovilística inscrito ante el RUNT.
4. Aprobar un examen teórico de conducción y un examen práctico de conducción para vehículos particulares que realizarán los organismos descritos en el parágrafo del artículo 2o de la presente ley, que cumplan la reglamentación que expida el Ministerio de Trasporte.
5. Presentar Certificado de aptitud física, mental y de coordinación motriz para conducir expedido por un Centro de Reconocimiento de Conductores habilitado por el Ministerio de Transporte, de conformidad con la reglamentación que expida el Ministerio de Transporte y debidamente acreditado como organismo de certificación de personas en el área de conductores de vehículos automotores.

Sería interesante hacer un sondeo para mirar que porcentaje de los motociclistas de la ciudad cumplieron a cabalidad con dichos requisitos el día que fueron a sacar su licencia y si en la escuela de conducción donde se las tramitaron se los exigieron.
Según un artículo del Diario PORTAFOLIO del 05 de Diciembre de 2.011, el 60% de las escuelas de conducción en Bogotá no cumplen con la ley 1397 de 2010 en cuanto a los requisitos necesarios para funcionar. Cabe suponer que en Medellín se presente una situación igual o peor.

En cuanto a las sanciones para los centros de enseñanza que no cumplen con las normas tenemos:

1. Multa.
2. Suspensión de la habilitación de los centros de enseñanza.
3. Suspensión de la licencia de los instructores en conducción.
4. Cancelación de la habilitación de los centros de enseñanza.
5. Cancelación de la licencia de los instructores en conducción.

En este punto cabría preguntarse ¿cuántas escuelas de conducción en Medellín han sido sancionadas por no cumplir la normatividad vigente y no exigir los requisitos mínimos de ley para otorgar una licencia?
Esto me hace recordar como en 2008 unos amigos del ya desaparecido Motoclubes de Antioquia lograron sacarle un “pase” a una persona invidente. Obviamente, solo lo hicieron para probar la falta de control y verificación de este tipo de trámites tanto por parte del gobierno nacional como de las mismas escuelas de conducción.
Pero, si hay leyes adecuadas y se conoce el problema ¿por qué las escuelas de conducción siguen otorgando licencias “a diestra y siniestra” sin ni siquiera verificar las condiciones físicas y mentales de las personas? (no voy a entrar aquí a comparar nuestro sistema con, por ejemplo, el español el cual es bastante estricto en este sentido). Me atreveré a dar una respuesta. Considero que el problema radica en que el Ministerio de Trasporte a través de la Superintendencia de Puertos y Transporte no está cumpliendo bien con su labor reguladora por lo cual se debería crear un organismo especial dentro de dicha entidad que se encargue única y exclusivamente de vigilar las escuelas de conducción en todo el país. Su función sería básicamente la de recibir denuncias, hacer auditorias y aplicar sanciones respecto a las escuelas de conducción. Este organismo debería además estar integrado por representantes de todos los gremios del transporte y los particulares (moto-clubes, agremiaciones de taxistas, representantes de los vehículos particulares, etc.). Solo falta voluntad política para llevar este proyecto a un feliz término.

ACLARACION FINAL
Sé que muchos motociclistas pueden sentir inconformidad con lo que expreso más arriba en cuanto a reducir el número de motociclistas circulando. En realidad, solo me refiero a los motociclistas imprudentes, agresivos y que no respetan las normas pues son ellos los que nos hacen quedar mal y le dan elementos de justificación a la administración municipal para imponernos restricciones.
Por otro lado, considero que esta no es una temática de medios de transporte ni de política sino de personas. El motociclista, el taxista, el busero, el del carro particular, el Policía, el Alcalde, el secretario municipal, etc., antes que un conductor o un funcionario público, es un ser humano. Si comprendemos esto nos daremos cuenta que son más las cosas que nos unen que las que nos separan.

Fuentes:


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